miércoles, 13 de octubre de 2010

El mayor fundamento es lo espiritual



Venido de la famosa roda de Caxías de Río de Janeiro, Mestre Pedrinho fue –allá por la década del ’80- uno de los pioneros en la enseñanza y difusión de la capoeira Angola en Buenos Aires. Recién llegado a esta ciudad para el II Encuentro “Angola Nao Dorme”, Pedrinho comparte con nosotros algunas experiencias y reflexiones sobre la capoeira.

Como un eco de las clases de Pedro en el Centro Cultural Ricardo Rojas o en el Angola Bar, este “Angola Nao Dorme” promete convocar a gran parte de la galera porteña. La cita será para los días 24 y 25 de abril en el Club Atlético Paraguayo (Piedras 1676, San Telmo) y contará también con la presencia de la profesora Agustina Cobra Preta. Luego de 8 años viviendo en el exterior -primero en México y ahora en España-, el trabajo de este Mestre y de su grupo Terreiro Mandinga de Angola sigue viajando en el tiempo y madurando los frutos de las semillas que dejó caer aquí 20 años atrás.

¿Cómo fueron tus comienzos en la capoeira Angola?
La capoeira entró a mi vida a mis siete años de edad y me dio mucho poder de supervivencia. Porque Río de Janeiro es un lugar durísimo y me dio acceso al conocimiento de mi cultura, de mi origen. Me hizo entender que el hombre negro era diferente en aquella época y que la capoeira servía de estructura para sobrevivir, resistir al racismo y a otras cosas más. Por eso para mi la capoeira es vida y resistencia.

¿Cómo caracterizarías el rol que desempeña el maestro de capoeira de Angola?
La primera función de un maestro es ser responsable de la organización, el respeto, la moral, la integridad entre todos, la tolerancia. El maestro también pasa por fases de aprender a ser maestro, hoy yo estoy en una etapa donde percibo que el título de “Mestre” es tan poderoso, tan fuerte, que procuro cada día mejorar mi persona, mi personalidad, para poder sentir realmente que soy un maestro de capoeira. Porque ser maestro de capoeira es ser también un maestro de vida, es ser una persona especial para muchas personas, y un ejemplo. Eso es para mí un maestro de capoeira: un ejemplo y una continuidad.

¿Cuál es tu definición de capoeira Angola?
Para mi no tiene definición, sólo sé que la capoeira es buena, es buena para el ser humano, para trabajar la personalidad, para trabajar tu vida, para poder amar a los prójimos. La capoeira enseña eso, te enseña a defenderte de vos mismo, de las manías, de las emociones en las horas de debilidad… entonces la capoeira es indefinible porque ella es muy completa para uno mismo, sin hablar de los demás.

¿Creés que posee un potencial educativo para ayudar al desarrollo de las relaciones humanas?
Claro, ella hizo eso conmigo, ¡hablo por experiencia propia! La capoeira hizo eso conmigo. Yo fui una persona que no pudo estudiar, no tuve muchos recursos, ni apoyo de la sociedad y la capoeira fue todo lo que yo tenía. Es como dice el Maestro (Pastinha), que ella es “todo lo que la boca come”, todo lo que necesitaba me lo dio: mi conciencia como ser humano, mi educación como persona. Entonces está probado que la capoeira es una de las mayores formas de participación para la educación del ser humano, principalmente de las clases pobres.

¿Cuáles son “fundamentos de la capoeira”?
Para mi lo primordial es la parte espiritual. Primero espíritu, después la carne, después la materia, que es lo que llevamos encima de la carne. Para mi el mayor fundamento de la capoeira es el lado espiritual, alimentar al ser humano para que pueda tener un camino y después una encarnación mejor.

Ser capoeirista, entonces, ¿es como una forma de evolución espiritual?
Creo que si las personas tuviesen el valor de la capoeira, el mundo estaría mucho mejor, las personas estarían más felices, más seguras y con un camino espiritual bien auténtico y seguro. Para mí el primer fundamento -y el más importante- es el espiritual. Segundo, tenemos que conseguir parar de mirar a las personas, criticarlas y condenarlas, y mirar para adentro de nosotros mismos… para saber cómo mejorar y desarrollarnos con los demás seres humanos. Es un procedimiento más seguro, más real y más respetuoso. Y la “batería” -la parte musical- da toda información esencial, sensible, transmite lo que está dentro de uno mismo. Por eso doy mucha importancia a la música, procuro componer lo que siento para que los otros puedan entender que cada mensaje es una contribución muy importante.

¿Cuál es tu opinión sobre el color de la piel en la práctica de la capoeira?
Sé que hay muchos maestros de capoeira que no creen que un alemán pueda incorporar o sentir toda la cultura afrobrasilera como un brasilero. Pero si fuera así, entonces todos los brasileros deberían sentir esta tradición, porque muchos no la sienten. (Creo que dieron lugar para otras personas, para el argentino, para el francés). Para mí esas personas que tienen ese pensamiento de color o de país, si la persona es extranjera o no, son personas ignorantes, personas que son muy obcecadas de ambición porque ya saben el valor de ese mundo espiritual de la capoeira y quieren todo para ellos, y se tornan hasta radicales y comienzan a ofender a las personas, maltratarlas. Gracias a Dios, yo que no tengo mucho estudio, nunca tuve esa concepción.

¿Cuál es la relación entre capoeira y candomblé?
A mi modo de ver, la capoeira, el candomblé y otras culturas africanas, forman parte de una familia. Una nace de la otra, cada una precisa de la otra, cada una forma parte de la otra. Mucha gente no quiere admitirlo porque tiene otros intereses, políticos o comerciales, pero quién vive con la capoeira dentro del corazón no precisa investigar para saber eso.

Cuando una cultura distinta toma elementos de la capoeira para hacer otras manifestaciones, ¿está haciendo algo deseable o es algo que no debería suceder?
Hay mezclas constructivas y hay mezclas destructivas. Las constructivas son aceptables, porque la capoeira es libertad y el ser humano es libre para hacer lo que quiera consigo o con su vida. Yo tengo mi propia concepción que puede orientar si alguien me lo solicita. Si no, yo no voy a perseguirlo. Cada uno va a hacer su historia de la forma que cree que tiene que hacerlo, algunos procuran informarse, procuran orientación, otros no. Pero el mundo es tan grande, hay tantos países y tantos lugares…

¿Algún mensaje para los capoeiristas argentinos?
Quien se siente capoeira, antes de pensar en criticar o maltratar al prójimo, vaya y mire para adentro de sí mismo. Porque el mundo nos dio varias pruebas de personajes que entraron en la cultura afrobrasilera y aportaron mucho, como Pierre Verger o como Carybé. El ser humano tiene un poder que desconoce, se puede transformar en lo que quiera. Digo eso porque sale un hombre argentino, se apasiona por Bahía y se transforma en un bahiano. En Brasil hoy existen esas divisiones, personas que piensan que el bahiano es bahiano, el carioca es carioca, el paulista es paulista. Entonces, ¿cómo se explica que un argentino pueda transformarse en tantas personas y el brasilero que es el “dueño del hechizo” se mantiene dividido en categorías prejuiciosas? Cuando las personas piensen en criticar o desacreditar a otros, recuerden que el ser humano se puede transformar en lo que desea, la persona más linda del mundo, la más fea, la más dulce, la más amarga, la más perversa… depende de qué es lo que quieras hacer con vos mismo.

Mauro Mazzarella

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